En 1977, Ernesto Jair Cifuentes adquirió una pequeña parcela en el corazón del Eje Cafetero colombiano, en Marsella. Con esfuerzo y amor, la transformó en la majestuosa finca Casa Grande. A lo largo de los años, Ernesto compró tierras vecinas, preservó áreas naturales y cultivó café con esmero, dejando un legado familiar que perdura a través del tiempo.

Hoy, Casa Grande honra su historia y a su fundador, apostando por la caficultura de especialidad. Con varietales exóticos y procesos innovadores, seguimos cultivando café de calidad superior. Cada grano de nuestro café lleva consigo la historia, la dedicación y el amor de generaciones, brindando una experiencia única en cada taza.